martes, 15 de febrero de 2011

Importancia del 4%, ¿Qué Haría un Pueblo Educado?

En los últimos días se ha creado un movimiento en procura de lograr que se le asigne el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación. Esta iniciativa, como todo en la vida, tiene dos grupos de voces; uno, de gente pensante y doliente, que tiene muy claro que el futuro de cualquier nación está en las manos de un pueblo educado y el otro que no está de acuerdo, y que está compuesto por personas del Gobierno, e increíblemente y aunque usted no lo crea, entes también pensantes.

Haciendo un análisis rápido del por qué de la necesidad de esta asignación y de cómo impactaría directamente en nuestra sociedad, podemos enunciar diversos beneficios tangibles que justifican, sin duda alguna, que nuestro país precisa que se empiece a invertir en educación y en preparar a nuestros ciudadanos.

Entre los beneficios, que como país obtendríamos al estar más educados, podemos nombrar los siguientes:

El tránsito. Sin duda uno de los dolores de cabeza más grande que tenemos, todos los que día a día nos sentamos detrás de un guía, es el desorden caótico que vive nuestro sistema de circulación vial. Al educar en este ver la gente no trataría de llevarse por el medio al otro, respetaría las señales de tránsito, no se parquearía en ambos lados de la acera, adelantaría por la izquierda, no montaría una mujer y dos niños en un motor sin casco, no hablaría por el celular sin un Handsfree, no comería, no se maquillaría mientras maneja o mientras espera que cambie la luz (en el caso de las mujeres), no se adelantaría en la fila para cruzar una intersección, ni la obstaculizaría y no tocaría bocina por cualquier quítame esta paja.

En los eventos sociales, sitios públicos, así como en las instituciones de servicios sabrían esperar su turno y hacer su fila, sin tener que buscar que un amigo le evite eso o por otro lado propiciar un tumulto para entonces colarse.

Existirían oportunidades de trabajo con mayor remuneración pues las personas tendrían un mayor nivel de conocimiento y por ende el país podría invertir en industrias más avanzadas y con esto aspirar a obtener mayores beneficios en el mercado internacional.

El estilo de comer mejoraría y tendríamos un pueblo consciente del tipo de alimentos que hacen daño; con esto disminuiría la cantidad de personas que pudieran sufrir del corazón, diabetes, colesterol (razones primarias de enfermedades en RD).

Nuestros políticos tendrían que tener mucho cuidado a la hora de ser corruptos pues sabrían que hay una sociedad que realmente los estaría monitoreando sobre el enriquecimiento ilícito y que exigiría rendición de cuentas.

Habría menos armas; se crearía más consciencia del valor que tiene una vida humana y por ende menos muertes injustificadas.

Tendríamos hombres y mujeres que educarían a sus hijos con valores y sobre todo con el respeto al sexo opuesto y por ende menos violencia intrafamiliar y menos tragedias familiares.

Disfrutaríamos de una clase empresarial y política que con sabiduría aplicaría la primera regla de una economía liberal, que es la de tener una clase media con un fuerte poder adquisitivo, ya que al final ambos serían grandemente beneficiados, pues esta clase es la que los hace más ricos y paga más impuestos.

Nuestra sociedad estaría más despierta y atenta a las amenazas que nos afectan. El conocimiento del creole sería indispensable, ya que tenemos más de 2 millones de haitianos conviviendo con nosotros y ellos nos entienden perfectamente, mas sin embargo nosotros comúnmente no tenemos ni idea de lo que hablan entre ellos.

Contaríamos con un cuerpo militar y policial, con el conocimiento y la preparación necesarias, para saber que su trabajo es el de proteger a los ciudadanos y no el de estar por encima de ellos o de la Ley.

Como ven la lista de beneficios que pudiéramos tener como sociedad y país con una mayor inversión en la educación sería casi interminable; al final creo que una de la más interesantes sería que tendríamos Gobernantes, Senadores, Diputados y Síndicos que no necesitarían gastar miles de millones de pesos en una Tarjeta Solidaridad, ni de comprar votos, más que con su buen desempeño; un pueblo al cual no le haría falta vender su cédula para obtener unos pocos pesos, con la consciencia de que eso, es verdad que le resuelve, pero solo momentáneamente y no para el resto de su vida.

Concluyo tomando esta frase prestada El futuro de nuestro país no se decidirá en un campo de batalla, se determinará en un salón de clases. Del documental “Waiting for Superman”